Marco Antonio Etcheverry es uno de los futbolistas principales de Bolivia y aunque ya se ha retirado permanece su ejemplo de que siempre se pueden lograr nuestros ideales.
Cuando fueron sus buenos tiempos yo aún no estaba en este planeta, pero nadie que conozca habla mal de este gran jugador.
Desde muy niño soñó con ser un buen jugador, y vaya que lo logró, porque comenzó a jugar en la Academia Tahuichi de su ciudad, Santa Cruz, llegando a ser Campeón Mundial Infantil en esos años. Después jugó ya adolescente en el fútbol profesional de la Liga Boliviana, llegando pronto a la Selección.
Tuvo compañeros igualmente buenos como Platini Sánchez, Miguel Rimba, Álvaro Peña, Julio César Baldivieso, Carlos Borja y el gran arquero Carlos Leonel Truco.
Lo llamaban El Diablo porque lo parecía: solía llegar solito con el balón al campo contrario y era difícil detenerlo, porque además jugaba con todo su corazón, a veces con demasiado corazón. Me dicen que era una delicia verlo jugar.
Esa Selección Boliviana logró llegar al Mundial de Fútbol que se jugó en Estados Unidos el año 1994, y apenas llegar por primera vez en muchos años, le tocó jugar nada menos que contra Alemania. El partido estaba empatado y al final los alemanes marcaron un gol, ganando así ese partido.
Luego, Marco Antonio “Diablo” Etcheverry jugó en Estados Unidos donde tuvo mucho éxito, hasta que se retiró.
Quienes lo conocen dicen que a pesar de haber tenido mucho éxito sigue siendo muy humilde y amable como cuando era adolescente, y eso es lo que más me impresiona.
La otra vez lo vi en la tele, él ayudará en el entrenamiento de la Selección 2012 de mi país, Bolivia. Cuando en la tele pusieron el video de cuando marcó los goles al equipo de Brasil, y cuando se ganó la clasificación al Mundial del año 1994, el Diablo lagrimeó y casi me hace llorar a mí también. Esas pocas lágrimas eran de emoción y de cariño. Y cuando alguien se conmueve así, creo que es porque tiene el corazón grande, y eso me hace apreciarlo más.
O sea, que de Diablo sólo tiene su fútbol y el sobrenombre, porque como persona me parece un “gran tipo”.
Ahora que ayudará al equipo nacional de mi país, tengo la impresión que muchos podremos aprender de su disciplina, su voluntad de seguir adelante, y de su amor por el deporte.
Cómo quisiera estar en ese equipo; pero paciencia, Dios dirá cuándo; lo que puedo hacer es prepararme cada día para que suceda.
Desde este mi blog le deseo suerte y le digo lo mismo que su entrenador de entonces, el “Bigotón” Azkargorta, le solía decir: “el buen futbolista es ante todo una buena persona”.
Así que suerte, por nuestra patria Bolivia.
Vamos Diablo…!
Chau.
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